martes, 15 de agosto de 2017

La colimba, selección de Guillermo Saccomanno

1.
Sorprendentemente, el tema de la colimba (o sea, el servicio militar obligatorio, de ahora en más SMO, en la Argentina) ha sido muy poco tratado como tal por el arte en general. Hablo mucho sobre esto en la reseña de Bajo bandera, que está acá más abajo. Como digo ahí, la novela Bajo bandera de Guillermo Saccomanno es el primer artefacto cultural en contra de la existencia del SMO que pude encontrar en un relevamiento que estoy haciendo con fines de terminar una carrera universitaria y así no pagar nunca más ingresos brutos. Este libro que aquí reseñamos, es el segundo, entonces. Salió en 1992, dos años antes del Caso Carrasco. Dice Saccomanno en la introducción: 
La colimba es vasallaje y degradación en nombre de la defensa de nobles valores. Para defenderlos es preciso aprender a matar. Sin embargo la Biblia dice No matarás, y de este argumento se agarran en la actualidad los objetores de conciencia para oponerse al servicio. Pero la objeción de conciencia no es el único cuestionamiento que puede plantearse al servicio militar (...) Mientras apuro esta introducción, tengo junto a la máquina de escribir varios recortes periodísticos de los últimos meses. Me limito a transcribir uno: A minutos de la ceremonia de la baja, un conscripto cordobés recibió un balazo de un teniente que quiso hacerse el bromista pensando que su arma estaba descargada. El joven con el estómago perforado, sufre parálisis.
Lo de la objeción de conciencia viene a cuento de que la única organización que existía en contra del SMO, o sea el FOSMO (Frente de Oposición al Servicio Militar Obligatorio, creado después de Malvinas) no pedía la eliminación de la colimba sino que los evangelistas y otros religiosos pacifistas pudieran aducir motivos religiosos para no tener que hacerla. Me interesa sobremanera -y me llama poderosamente la atención- que la voz de Saccomanno pareciera ser la única que venía a plantear que la colimba no tenía ningún lado bueno.

2.
Por esta introducción es que el libro La colimba parece aún más que Bajo bandera un artefacto cultural con un objetivo político. Los cuentos ya existían, no todos hablan del todo de los males de la colimba aunque sí los tocan por algún costado, pero el hecho de reunirlos y anteponerles una introducción de esa calaña es un gesto político indiscutible. Ahora hablemos de los cuentos.

3.
No están todos buenos. Pero algunos sí. Vamos uno por uno: 
- "Entre delatores", de David Viñas, 1963. Es un diálogo entre un oficial y su mujer, en el barrio de oficiales de un cuartel. Tiene un giro inesperado al final. Ta.
- "Uñas contra el acero del mauser", de Miguel Briantes, 1964. No había leído nada de él. Entra el tema de la humillación en la colimba a pleno: un oficial obliga a un conscripto a arrastrarse por el piso del comedor, mientras los demás soldados lo garzean. El tiempo dramático es minucioso. Buen cuento.
- "Los muertos de Piedra Negra", de Abelardo Castillo, 1992. Es sobre unos colimbas que se sublevan en un levantamiento peronista fallido (¿el de Valle, presumo?). Un torro.
- "Denle la palabra", de Andrés Rivera, 1982. Una carilla, media incluso. Excelente. Encuéntrenlo y léanlo. 
- "Generalmente, en septiembre", de un tal Bernardo Jobson que nunca había sentido nombrar, sin fecha. Buenísimo. Un grupo de conscriptos que están pasando días en el calabozo por diversos motivos, trata de entender qué pasa afuera, porque el cuartel está descontrolado. Seguramente es un levantamiento militar. Super Like.
- "Los estampidos", de Álvaro Abós, 1965. Tampoco lo conocía a este. Otro de conscriptos en calabozos. Medio pelo.
- "La invasión", de Ricardo Piglia, 1967. Tercero con conscriptos en calabozos. Este tiene putos, bien ahí Piglia viejo y peludo nomás.
- "La madre del soldado", de Marcelo Cohen, 1981. No lo había leído a este tampoco. El mejor del libro. Espectacular. Un conscripto, un sargento y un teniente llevan el cadáver de un colimba a la casa de sus padres, donde lo van a velar. Los diálogos, las imágenes, la dosificación de la información, todo magistral. Amé.
- "Toda una tarde de la mano, al costado de la vía", de Sylvia Iparraguirre, 1988. El segundo que más me gustó, y tampoco la había leído nunca a ella. Una chica que viaja sola en tren conoce a un conscripto, que está volviendo al cuartel después de un franco. El punto de vista es el de ella. Casi todo el cuento está montado en un diálogo. Es muy lindo.
- "Historia tonta", de Antonio Dal Masetto, 1989, muy corto, está muy bien. Empieza así: "Tres son los protagonistas de esta historia: un sargento del ejército, un soldado, una bala de FAL".
- "La soberanía nacional", de Rodrigo Fresán, 1991. Está en el libro Historia argentina, que por lo que veo no me había gustado nada pero ya no lo recuerdo. El cuento sí me gustó, está muy en el orden del joven Fresán que escribía bien pero además tenía buenas ideas. Trata de Malvinas.
- "Memorandum Almazan", de Juan Forn, 1991. Otro de Malvinas. Está en Nadar de noche, que todavía no leí. Brillante, el cuento.

Y ya está. El libro lo conseguí por Mercado Libre. No debe ser muy fácil de encontrar de otro modo. El balance es positivo, si lo ven.

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