martes, 28 de febrero de 2017

El hombre que fue jueves: pesadilla, de Gilbert Keith Chesterton

1.
Hete aquí ete libro de G. K. (shi kei) Chesterton, nuestro autor católico británico favorito (junto a Shei Ar Ar Tolkien y Zi Es Lewis). ¡Qué católico que es Chesterton! Parece que cuando escribió este best seller de comienzos de siglo (1908) no era católico aún, porque Chesterton (1874-1936) primero fue protestante y después, vaya uno a saber cómo, se convirtió, pero en la oscuridad todos los gatos son pardos y yo estoy en la oscuridad con respecto a la ideología cristinana en este grado de distinción. Resumamos en ¡qué cristiano que era este hombre! Todo el libro es una diatriba a favor del orden conservador, explícitamente, contra los ácratas, enemigos del Estado y de la Iglesia (o de las iglesias, no sé). Es también una novela de aventuras, y además, es cómica, pero en el fondo es principalmente una tesis conservadora, incluso conservadora de la monarquía. Lo loco es que tenga humor y un llamado al orden al mismo tiempo, pero así es.

2.
Sinopsis o algo así: Una tarde burguesa, Gabriel Syme discute con el poeta Gregory acerca de si es mejor el orden o el caos. Gregory se dice anarquista y defiende el caos. Syme se ríe de que un poeta burgués se diga anarquista. Entonces Gregory lleva a Syme a un secreto concilio anarquista, en el que espera ser elegido para el cargo de "Jueves", y por ende ser enviado a la cumbre mundial de delegados anarquistas (todos llamados según los días de la semana), en donde se encontrará con Domingo, el jefe supremo de los anarquistas (¿un jefe supremo de los anarquistas? sí, a Chesterton no le importa nada). Les cuento hasta ahí, la novela tiene bocha de spoiler alert. Los capítulos están construidos con bocha de cliff hangers (es decir ganchos, todo el tiempo el lector está siguiendo pistas junto con el protagonista Syme, siempre un paso atrás de los acontecimientos), chistes y cosas flasheras. En un punto todo deja de tener sentido, pero se va tan al carajo que pega la vuelta, y además al final el querido y rechoncho Chesterton lo soluciona todo con el viejo recurso que ya usara otrora el querido y quizás pedófilo Lewis Carrol, y que por las dudas está consignado en el subtítulo de El hombre que fue jueves.

3.
Buenísimo el libro, y súper fácil de conseguir. Yo lo compré en alguna feria, a muy pocos pesos, en una edición de Losada de 1938 a la que no se le salieron ni las tapas ni las hojas, y la pasé joya. Yo creo que este libro me lo recomendó Darío hace añares y por eso un día lo compré, pero él aduce que nunca leyó este libro. ¿Cuál será La Verdad?

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