domingo, 30 de octubre de 2016

Cemento: el semillero del rock, de Nicolás Igarzábal

1.
Así como tengo un blog en el que reseño todo lo que leo, tengo un cuaderno Rivadavia, de tapas verdes y lomo tipo arcoiris, en el que guardo pegadas con Plasticola todas las entradas de recitales de toda mi vida, en orden cronológico. Hubo un momento en que empecé a ir a recitales que no daban entrada, o porque eran más under o porque eran gratis o porque yo entraba gratis, así que no es un documento completo de todas mis presencias debajo y frente a un escenario con una banda encima, pero pega en el palo. Una de las joyas del cuaderno es una entrada de Espacio Cultural Cemento, impresa en colores, que tiene con birome los siguientes datos: $6, 6/6/3, Miranda!. Yo tenía 16. Creo que fue la primera vez que fui a Cemento. También fue la primera vez que vi a Miranda!. El único disco era Es mentira! y Toto de Adicta subió a cantar "Tiempo" o "Casualidad" pero no se sabía la letra.  "Los sigo desde Cemento" es mi frase favorita para decir que conozco algo o a alguien desde antes de la fama. Se aplica a escritorxs, directorxs, lo que quieras.

También tengo una entrada de República Cromañón, que debajo del nombre del boliche reza "El nuevo espacio de Cemento". Es del recital ARDA, por la legalización del faaasooooo. Creo que tocaban Las Manos.

2. 
Cemento, de Nicolás Igarzábal, editado por Gourmet Musical (que también tiene la excelente Historia del baile de Sergio Pujol que algún día debería leer completa) es una reseña histórica, un libro de mini entrevistas, una chismografía (amo) y una investigación periodística exhaustiva sobre el boliche Cemento, los artistas que tocaron o actuaron ahí entre su creación en 1985 y su defunción por prisión de Chabán en 2004. Compuesto por capítulos de dos carillas, principalmente centrados en la experiencia de una banda o recital cada uno, y dividido en tres partes según una periodización en etapas del boliche ("1985-1989, libertinaje bizarro"; "1990-1999, trash & crash", "2000-2010, humo y escómbros"), el libro se lee a las chapas. Es notable la cantidad de entrevistados que consiguió el autor (creo que 125, contádolos a grosso modo), que se suman con los testimonios recogidos de la prensa, y es notable la disparidad de opiniones de los distintos músicos sobre el boliche y sobre Chabán. Para algunos el lugar era mágico, una casa, para otros era turbio, un asco, peligroso. Y lo mismo con Chabán, para unos era un héroe de la escena porteña, para otros era un chanta o un chorro. Y las opiniones no corresponden siempre con lo que uno esperaría en cada caso.

3.
Yo supe ser bersuitero en mis años mozos, pero no los seguí desde Cemento, no me da la edad: mi primer recital de la vida fue Bersuit en Obras el 16 de junio de 2001, la entrada salía $18 y me quise matar viendo desde la popular el pogo en el campo. Siempre tuve un morbo por el Cemento de los '90 que no conocí, los recitales de los Redondos, el estreno del disco Don Leopardo. Este libro alimentó ese morbo. Y también me gustó reconocer momentos de la última etapa del boliche, de los que en algún caso participé como extra. La edición es re linda, me salió 200 pesos, tiene fotos, y varios índices y listas al final como para satisfacer el TOC. Buen libro, recomendado.

martes, 11 de octubre de 2016

Cosmópolis, de Don DeLillo

1.
Me costó cien páginas engancharme con este libro. Cien de doscientas treinta y nueve, es demasiado. Resulta que es una novela increíble, realmente excelente, pero es difícil enterarse porque hay que superar demasiadas páginas en las que no empatizás con el protagonista, un megamultimillonario que sale en su limusina a atravesar una Nueva York ligeramente futurista y ligeramente distópica, aunque ubicada en el año 2000, en la que el tránsito parece más atascado que nunca. Un poco el ritmo en el que avanza la limusina, que parece casi quieta entre las otras limusinas y los coches y las manifestaciones y el desfile del presidente y la procesión fúnebre de un hiphopero místico y las calles inundadas, es el ritmo en el que avanza la novela, y hay que acostumbrarse primero, acompasarse al ritmo y entender qué está queriendo hacer este Don DeLillo (primera vez que lo leo) antes de que empieces a entender lo buena que está la novela, el mundo creado alrededor del personaje, lo que le está pasando a este hombre en este día y por dónde van a venir los muy increìbles giros de la historia.

2.
Hay una peli de Cronenberg, se llama Cosmópolis, actúa Robert Pattinson, la veré. Incluso está en Netflix. La veré ahora. Temo que le quite toda la magia y la poesía a los hechos inverosímiles que pueblan la novela (que es básicamente una sucesión de encuentros de nuestro protagonista con distintos personajes dentro de la Limusina, o en pequeñas pausas fuera de la misma). Ya les digo:

3.
No le quita la magia, pero tampoco le suma. No está mal adaptada. Sólo que no tiene el presupuesto para hacer la novela bien, entonces quitaron o pasaron a fuera de campo todas las escenas que hubieran implicado multitudes y superproducción. Se gastaron toda la papota en pagarle a Pattinson. No era necesario.

lunes, 3 de octubre de 2016

Libro de quejas, de Iti el Hermoso

1.
Galería Editorial, la mejor editorial del mundo, decidió abrir sus horizontes y publicar un libro de texto. Sin dibujitos. Con pocos dibujitos. Con más texto que dibujitos. Es un libro que recopila las mejores y más exitosas cartas de queja que Iti El Hermoso envío a prestigiosas corporaciones multinacionales, recibiendo contra envío cajas y bolsas de productos gratuitos. Las cartas dicen cosas como esta:

(des)Estimada empresa Unilever:
Es del mayor de mis desagrados comunicarme por segunda vez en mi vida con ustedes. Las segundas partes nunca son buenas (a excepción de El imperio Contraataca por supuesto) y está ocasión confirma la regla. Nuevamente un producto de su manufactura falla ante el intento del uso. ¿El producto? una camada NEFASTA de desodorantes REXONA. ¿El problema? Sigan leyendo.
Al apretar el botón para que el producto salga de su envase y pueda DESODORIZAR mi cuerpo, no sucede nada. Nada de nada. Como flotar en el espacio. El contenido no quiere salir del tubo como si fuese un criminal atrincherado con un arma en una casa de empanadas. LO PEOR DE TODO. Es que compré varios. Arrastrado por el animo social que proyecta una debacle económica de proporciones bíblicas, aproveché una oportunidad. Una “oferta”. COMPRE COMO 3 REXONAS QUE VINIERON FALLADOS. QUE ESTUPIDO FUI. Que estúpido y que soberbio. Creer que un chico de clase media como yo, que nunca terminó la facultad, podía sortear los problemas de billetera que atormentan a mi pueblo como una plaga de langostas libidinosas fue un error. No hay escape. Creí que había hallado petróleo en esas góndolas pero no. ESE LIQUIDO OSCURO NO ERA PETROLEO, ERA LA BILIS DE UN SISTEMA QUE ME DIGIERE COMO SI FUESE UN CUERPO EXTRAÑO EN LA DIGESTION SOCIAL(esto es una metáfora, no hubo bilis ni petróleo implicado en este acontecimiento).
Lo que me queda preguntar es:
¿POR QUÉ SU EMPRESA ME ODIA? ¿ES NECESARIO PERJUDICARME DE ESTA FORMA?

Bueno, y así sigue. ES MUY GRACIOSO. Es más gracioso verlo escribir en vivo, es impresionante porque tiene MUY POCOS errores de ortografía y tipeo. Lo de las mayúsculas es CONTAGIOSO. 

2.
El libro es gran regalo, diversión asegurada, y además es didáctico. Todos podemos reclamar y conseguir cosas gratis. Se obtiene en algunas librerías mágicas, o haciendo clic en Galería Editorial.