martes, 20 de agosto de 2013

El oficinista, de Guillermo Saccomanno

1.
Lorenzo y yo hablamos de literatura argentina. Yo hice una declaración audaz e innecesaria, y afirmé que El año del desierto de Pedro Mairal era la mejor novela argentina de la década del 2000. Lorenzo afirmó a su vez que lo era El oficinista de Guillermo Saccomanno. Ninguno de los dos había leído la otra. Intercambiamos. De más está decir que no soy quién para decidir cuál es la mejor novela argentina de ninguna década, sobre todo porque no leí todas las novelas o siquiera casi todas las novelas de ninguna década, pero lo bueno de la literatura es que podés decir esas cosas y no pasa naranja. En fin. La cuestión es que a los dos nos gustó mucho la novela del otro, y curiosísimamente, tienen muchos puntos de contacto. Tiro ahí la idea para que la agarre algún estudiante de letras en busca de investigación: "El año del desierto y El oficinista: la Argentina post-debacle y la distopía futurista". Seguro que ya existe igual. Y El año del desierto no es exactamente una distopía, aunque sí, y no es futurista, aunque sí. Bueno, dejen.

2.
¡Qué buena que está El oficinista! Lo mejor con las novelas siempre es agarrarlas sin saber nada de sus tramas, y fue mi caso. Por el título y la tapa me imaginaba algo medio Bertleby, y algo de eso hay, pero no me imaginaba la parte cyber-punk del asunto, la parte Neo-Tokio está por explotar. Además, es la primera novela que leo de Saccomanno -había leído cómics- y tenía una idea distinta de su prosa. Como decía antes, lo mejor con las novelas es... así que no digo más nada. Súper recomiendo. Eso.

3.
Cuando la lean discutimos el final.

sábado, 17 de agosto de 2013

Para vivir un gran amor, de Vinicius de Moraes

1.
A mí me gusta Vinicius de Moraes, y me siento un poco hereje por lo que voy a decir, pero este libro es una mierda. No debe haber sido una mierda siempre, ojo: hace cuarenta años, cuando salió por vez primera, debía ser vanguardia (bueno, no tanto), pero ahora es una mierda: es cursi -muy cursi-, es machista, es pretencioso, y es tonto. El humor que tenía se quedó en el tiempo y ahora es tonto. Los poemas que debían ser románticos y caballerescos con un toque de picardía, ahora son cursis y machistas. La comparación de una mujer con una guitarra ya no está buena. Hace poco, en una entrevista que hice, un músico que hasta entonces me había caído muy bien me hizo el elogio de su hermana y me dijo: "Es una mujer muy útil; a mí me es muy útil". ¿No es horrible? Y el tipo creía sinceramente que estaba diciendo algo bueno. Algo así me causan los poemas "románticos" de Vinicius. Eso, y la impresión de que para él todas las mujeres son la misma cosa, la misma mujer.

2.
La historia de la edición argentina de Para vivir un gran amor es que el editor de De la Flor se fue a Río a buscar a Vinicius (al que acá no conocía nadie aún) y a convencerlo para obtener los derechos de este libro, que en su momento fue un éxito arrollador y que hoy día va por su 22a edición (en 2009). Unos años después vendrían los discos en La Fusa: Vinicius entró al público argentino primero como poeta, tal y como se narra en Nuestro Vinicius, reseñado hace un tiempo en este blog. A este libro le siguió otro, Para una muchacha con una flor, y otro, que se titula Antología poética, uno verde que también fue un éxito y que también llevan publicándose más o menos desde entonces por la misma editorial. Son muy lindos todos, y baratos, eso se puede decir en favor.

3.
Tampoco es que todo el libro sea una cagada. Algunos textos son lindos, algunos son interesantes y unos pocos me parecieron excepcionales. "Samba de Breque", un cuento sobre un hombre que a la muerte de su hijo pequeño se pone a cantar una samba, y "La bella ninfa del bosque sagrado", de cuando conoció a Ava Gardner (como diría Rabinovich, qué hembra), son de esos que digo. Pero la mayoría me pareció deplorable. Es un libro que cuenta más como intención. Es un buen regalo por ejemplo para un papá o tío al que le guste mucho Vinicius de Moraes pero que no lo vaya a leer nunca, porque como objeto garpa. He dicho.


4.
P.D.: Aguante Ferreira Gullar.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Hola América, de James Graham Ballard

1.
En este solemne acto, le hacemos entrega al señor Jaime Grajam Ballard, por este libro y, hasta que se redima, por su existencia, del premio al escritor más decepcionante del universo.

2.
Hola América (1981) es una novela de mierda sobre un futuro distópico en el que los Estados Unidos de América fueron destruidos y evacuados por un cataclismo ecológico en los '90s (causado por la URSS). Cien años después, una expedición europea desembarca en el viejo nuevo mundo para investigar unas extrañas emisiones de radiación. Los expedicionarios atraviesan el país, de Nueva York a Las Vegas: en el camino el chiste es que por el drástico cambio climático, en cada lugar se encuentra el bioma opuesto al que hay en el mundo real: la costa este es un desierto de arena, Nevada es una jungla densa y llena de animales salvajes (descendientes de los de los zoológicos... muy dudoso), etc. Hasta ahí, el argumento podría ser el de una buena novela. Quizás todo lo bueno murió en la traducción. No creo.

3.
La historia es errática y muy poco atrapante. Los personajes no tienen personalidad: o sea, tienen una personalidad enunciada, pero, salvo el capitán Steiner, no están realmente caracterizados. Onda, se podrían haber muerto todos y no me hubiera pasado nada como lector. Las referencias a la cultura masiva yanqui son -al contrario de lo que dice en wikipedia, "sutiles"- muy muy obvias y grasa. Los desarrollos de lo que pasó en Estados Unidos en esos cien años -la formación de tribus de "Ejecutivos", "Divorciadas", etcétera-, son muy boludos, porque Ballard no se decidió ni por el chiste ni por la ciencia ficción propiamente dicha, entonces le quedaron algo así como unos retardados mentales que montan en camellos y tienen nombres de marcas y corporaciones. Incluso las referencias a los presidentes norteamericanos, que normalmente me hubieran gustado -hay 43 robots que son los presidentes desde Washington hasta Carter, más uno inventado- está arruinada por unos muy mersas y mal enganchados comentarios políticos para lectores del siglo XX. Y como si todo esto fuera poco, no hay ni un comentario acerca de qué pasó con el resto de América. ¡Es muy imbécil! O sea, se supone que un cataclismo hizo que se pierda América del Norte para sus propios habitantes, así como para europeos y asiáticos. Y cien años después entran a explorar, y se sorprenden de todo porque todo es más o menos inesperado para ellos. De México tampoco explican nada pero se da a entender que sigue habiendo mexicanos en México. ¡¿Y el hemisferio sur?!

4.
Me lo vendió un tipo en una comiquería a la que entré para gastar plata. Me vendió dos libros de Ballard, porque le dije que no había leído nada y bueno, me convenció. La verdad es que pagué 30 pesos por el libro, editorial Minotauro edición de 2003 nuevo. O lo tenía choreado o no sé. La edición es linda.

domingo, 11 de agosto de 2013

Historias negras, de Enrique S. Abulí y Jordi Bernet

1.
Mi papá me prestó este libro que es de Glénat, esa editorial española de cómics que parece que se las trae, porque me vengo topando con sus publicaciones sin cesar y sin intentarlo. Antes fueron mangas: Next World, de Osamu Tezuka, y Relatos insólitos de samurais, de Hiroshi Hirata. Ahora es este libro que reúne historias cortas de estos autores españoles parece que requete exitosos (por lo menos el guionista, Bernet). Son relatos de humor negro, con una vuelta de tuerca casi siempre eficaz en el último cuadrito. El dibujo es muy clásico, blanco y negro.


2.
Me gustó.

jueves, 8 de agosto de 2013

En cinco minutos levántate María, de Pablo Ramos

1.
Orgullosamente: este libro me lo robé de una librería muy conocida, que está (o estaba, ahora en ese local hay un negocio de ropa deportiva) en un shopping muy conocido,de una zona de esta ciudad conocida entre otras cosas por una canción en cuyo título y letra es mencionada, que escribió un músico conocido por haber sido italiano, haber cantado en inglés, haber sido pelado por el asco que da tu sociedad y haber muerto trágicamente de una adicción a algo con lo que había reemplazado una adicción a otro algo, conocido por ser peor que ese primer algo de cuya adicción, al final, murió. El libro me lo robé en un mismo operativo comando junto a De ratones y de hombres, cuya reseña pueden leer en este blog también. Buen choreo, buenos botines. Realizado sólo porque se pudo, y también por la adrenalina. Fue la primera y única vez que hice tal cosa en un shopping. Véase sobre esto -el robo de libros-, este otro escrito mío en este otro, abandonado, blog.

2.
Hace mucho, leí La ley de la ferocidad de Pablo Ramos, y en mi reseña fui excesivamente duro con ella. No la recuerdo con la carga negativa que le puse a la reseña. Por el contrario. Bueno, En cinco minutos levántate María no es una continuación de La ley... (en todo caso, sería eso que ahora se llama precuela), pero participa del mundo de la otra. Y hay una primera (en orden de aparición), que se llama El origen de la tristeza y que ahora quiero leer.

3.
En cinco minutos levántate María es el monólogo interno de la María del título, madre del Gabriel de La ley de la ferocidad: una mujer de sesenta y pico que vive en una habitación sin ventanas en una casa de clase media baja del conurbano bonaerense. María se despierta en medio de la noche, por un presentimiento, o un sueño, no sabe bien; y en vez de levantarse de inmediato de la cama, como hace siempre (porque quedarse en la cama despierta es de enferma), decide quedarse cinco minutos más (muchos cinco minutos), pensando en su vida, en sus hijos, en su nieto, en su marido, en su padre.

4.
Me gustó mucho En cinco minutos. Y lo leí vorazmente, por lo que éste también se gana la etiqueta droga. Y otra virtud: es corto. Hacía tiempo que quería leer una novela corta: leí dos. También lleva la etiqueta afroargentinos, porque, misteriosamente, en cierto momento de la novela, María va a la Sociedad Caboverdiana de Dock Sud, a visitar a un primo negro que le dice que consiguió trabajo en el Congreso de la Nación: dos elementos totalmente afroargentinos y basados en hechos reales, que si no fuera por una mierda legal ustedes podrían ver -esperemos que en un futuro puedan- en la serie Afroargentina de canal Encuentro, en la que participé como guionista. Capaz Pablo Ramos es afro, es muy posible, o capaz es él el que tiene un primo afro. Claramente -digo, no tengo ningún fundamento pero igual- el personaje de Gabriel es autobiográfico, así que puede ser.

5.
De un tiempo a esta parte Los Tipitos leyeron La ley de la ferocidad, e hicieron una canción en base a, en cuyo videoclip actúan el propio Pablo Ramos y, llevando el cajón, el amigo Héctor Raggio.


También de un tiempo a esta parte, Pablo Ramos grabó un disco con letras suyas, junto al capísimo y multitasking Gabo Ferro. Se llama El hambre y las ganas de comer, y lo escuchan acá.

6.
El final, las últimas treinta o cuarenta páginas, las leí hoy, ocho del ocho, caminando del trabajo a casa, como hubiera querido el General. Lloré con la historia de Pablito, en Díaz Vélez y Salguero.

jueves, 1 de agosto de 2013

Crimen en el Barrio del Once : el primer caso del comisario Lascano, de Ernesto Mallo

1.
Muy, muy bien. Buenísima.

2.
¿Se acuerdan que algún tiempo atrás leí y reseñé un libro de un yanqui sobre la dictadura argentina, una novela, ficción, sobre un judío que se llamaba Baruj? No, obvio que no. Bueno, se llamaba Ministerio de Casos Especiales, el autor es un tal Englander, y yo tampoco me acordaba y la tuve que buscar. Es de las reseñas que llevan la etiqueta "para leer esto mejor lean la Viva". El protagonista no se llama Baruj, se llama Kadish: mucho peor. La reseña está buena, soy un groso. En fin, que la novela que nos interesa hoy, Crimen en el Barrio del Once, tiene eso en común: es una historia X en el contexto de la última dictadura argentina (en el '79, más específicamente), que no se puede desarrollar sin que el contexto interceda, porque el contexto es ineludible. Algunos personajes tienen existencia en vínculo directo con el tema de la dictadura: Eva, "subversiva" en fuga, Giribaldi, milico de un grupo de tareas, Biterman, prestamista. Otros no: Pérez Lastra, Lara, el propio Lascano y su circunstancia de viudo. Aunque se trate de un comisario. No es por ser nacionalista, pero mientras el neoyorquino Englander leyó mucho pero no sabe de lo que habla, Mallo nació en La Plata y fue militante de izquierda durante la dictadura. O sea, no tiene que fijarse en Wikipedia para escribir su novela. Opera parecido, pero de forma mucho, mucho más elegante. No sé por qué me molesta tanto lo de Englander. Supongo que por lo pretencioso.

3.
Por ahí leí en una reseña de otro que al autor le interesa más hablar del contexto (o hacer hablar al contexto) que la trama misma. Puede ser. Al otro le parecía mal o algo así. A mí me parece que el libro es lo que es, y está buenísimo.

4.
Tiene un modo muy original de presentar los diálogos. Muy ágil. Y el libro, todo él, es muy droga y además no tiene doscientas páginas. Y es un policial negro. Cumple, creo, las reglas del género. No les voy a decir nada más porque mejor no saber y leer desde ahí. Recomiendo para los que siempre me piden recomendaciones droga.

5.
¿Habrá secuela? No encuentro nada en Internet. El título da a entender eso, pero puede ser un engaña pichanga. Espero que haya. Ernesto si estás leyendo esto respondeme que me muero.