domingo, 31 de marzo de 2013

Un niño prodigio, de Irène Némirovsky

1.
Me parece genial ella y me parece genial (por asombrosa) su biografía.

2.
Es de las pocas escritoras/es judías/os que no tiene un respeto o cariño especial por los judíos, rosando lo contrario, hollándolo en su biografía (se la trata, supongo que con razón, de self-hating jew). Y sin embargo, su literatura es en extremo literatura judía.

3.
Es casualidad, o no, que haya leído esta novela inmediatamente después de leer Werther. Un niño prodigio es tan wertheriana que me caigo y me levanto. También me hizo acordar a La nube de smog, de Calvino, y a Un hombre que duerme, de Perec. Supongo que la filiación viene porque en todas ellas se contraponen lo urbano y lo rural, y el campo es lugar de sanación.  Y en relación con Werther, también está el tema del genio (entre otras cosas).

4.
Esta es la primera novela de Némirovsky. Es de 1927. Y ya era genial entonces. Es destacadamente buena con la caracterización de personajes y esas cosas psicológicas. También es buenísima creando mundo, describiendo el hecho social. La banco.

viernes, 29 de marzo de 2013

Werther, de Johann Wolfgang von Goethe


1.
Werther (1774) es uno de los primeros best sellers, con fans que se visten como el protagonista y se suicidan como él por amores no correspondidos. Y Goethe es uno de los primeros en volverse una estrella literaria. La edición de los 60s de Salvat es buena, se consigue por chirolas y tiene un prólogo bastante interesante.

2.
Era el libro favorito de Napoleón.

3.
Sinopsis: El joven Werther se enamora de Carlota, que está prometida a otro. Conoce al prometido y también lo ama. Llora. Se va a trabajar a la ciudad y no le gusta. Vuelve al campo, la ve a Carlota, llora. Sigue llorando. Después recita algo muy árido donde los personajes lloran, mientras llora, y llora Carlota. Al final, sí, te lo voy a decir, se mata.

4.
Lo terminé y dije: no me gustó. Muy cursi, muy lírico, muy exagerado. Y Werther no para de llorar, por dio'. Debe ser el libro con más formas distintas de describir el lloro. Werther debe ser el personaje con la cara más limpia de la literatura universal, todo el tiempo con "el rostro bañado en llanto".

5.
Pero después fui hasta el mar (porque estaba en la costa), y me dije: "qué wertheriano, el mar". Y entonces me dije: "Aaaaah, ahora lo entendí".

martes, 26 de marzo de 2013

Festín de cuervos, de George R. R. Martin

1.
Adicción / adicción / adicción adicción adicción adicción / adicción.

2.
Para los incautos, estamos hablando del libro IV de la saga Canción de hielo y fuego, esa que empezó con Juego de tronos (el I) y siguió con Choque de reyes (el II) y Tormenta de espadas (el III).

3.
Dice Martin que mientras lo estaba escribiendo se dio cuenta que le estaba quedando demasiado largo, y que entonces decidió, en vez de cortar por la mitad, cortar por personaje... No sé si fue la mejor decisión. Con algunas de las historias está bien. Pero, por ejemplo, todo lo que pasa en Dorne con Myrcella y todos esos personajes nuevos no tuvo demasiado sentido, o si sí tuvo sentido no sé si tuvo demasiada emoción. Pero, al final de todo, cuando leí el capítulo "adelanto" del libro que sigue, y vi que Tyrion tenía el mismo plan que la hija del gotoso, pensé que todo cerraba mejor. En los libros previos -y en especial en el III- funciona muy bien eso de que en la historia de un personaje, al pasar, se mencione algo que en la historia de otro de los personajes es clave. No sé. Ahora tendré que conseguir la otra mitad, Danza de dragones, y ver si le salió bien o mal el asunto a Jorge.

sábado, 23 de marzo de 2013

Romain et moi, de Gael Policano Rossi

1.
El prólogo, de Lolo y Lauti, es un link de youtube.

2.
Romain et moi es un librito editado y encuadernado de forma muito bonita por una tal editorial Capicúa, de forma muito independiente, que contiene un poema largo y bilingüe español/francés de Gael Policano Rossi, escritor, dramaturgo, director y actor (en, por ejemplo, Plan V, con una gran escena para el recuerdo en el primer capítulo de la segunda temporada). Dice mi amiga Maia que la obra que está por estrenar, Saturnalia, está buenísima. Veré. Romain et moi me gustó.

viernes, 22 de marzo de 2013

Diario de Golondrina, de Amélie Nothomb

1.
Amélie Nothomb es probablemente una de las más capas escritoras contemporáneas. Su obra no es pareja, sin embargo. Y Diario de Golondrinas no es de sus mejores novelas, pero tampoco es la peor (la peor de las que leí es Cosmética del enemigo). De hecho, es bastante divertida. Y salió hace cosa de un mes en los kioscos de revistas, en la colección de Anagrama de Página/12. Se consigue a 22 pesos, es un regalo.

2.
Se lee en tres viajes en bondi regulares o en un solo viaje largo. Todas las novelas de Nothomb son cortas, de 90 o 100 páginas, y se leen tan rápido que dan ganas de leer otra pegada. Va a estar bueno cuando saquen un tomo con las obras completas, porque va a ser como un libro de cuentos largos, y perfectamente se pueden leer una detrás de la otra sin saturarse. Pero no va a pasar dentro de poco, porque hoy te venden cada título a más o menos 100 pesos, y no van a poder poner el hipotético tomo a un precio acorde. Por eso repito lo del precio de este librito.

3.
Como me quedé con la leche, al término del libro le pedí a Paco que me preste algún otro, pero de los mejores, así que próximamente estaremos haciendo la reseña de Estupor y temblores. Coming soon.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Restos de restos, de Nicolás Prividera

1.
Vi M -el documental de Nicolás Prividera de 2007- una noche del año pasado, solo en mi casa, y a la mitad tuve que pararla e ir a comprarme un chocolate para mantener la angustia en niveles soportables. Y lo cuento porque me parece una virtud de la película: logró eso en mí, un espectador bastante curtido, sin golpes bajos -los inevitables nada más- y con un tema tan trasuntado como es el de la dictadura militar y los desaparecidos. Pocas veces -o ninguna- vi un acercamiento tan personal, inteligente y preciso. Hay mucho escrito sobre la película, lo pueden buscar por ejemplo acá. Su segunda película, Tierra de los padres, que se estrenó en nuestro país el año pasado, también es brillante. Cuando la fui a ver a la sala Lugones del San Martín pasó algo gracioso. La película empieza con un clip que recopila imágenes de represión policial a lo largo de la historia argentina, musicalizado con el Himno Nacional Argentino. Ni bien comienza el clip, un señor que se había sentado en la primera fila (la sala no estaba tan llena) se para y se queda de pie, como si fuera por respeto al himno, pero moviendo los brazos y diciendo cosas, aunque siempre mirando la pantalla y dándonos la espalda a los demás. Gritaba también, pero no se escuchaba lo que decía porque el clip tiene intencionalmente el nivel del volumen muy alto. Yo creí, no sé por qué, que lo que estaba pasando podía llegar a ser una performance prevista, parte de la función; que lo que estaba pasando estaba pautado. La gente le empezó a gritar cosas, yo seguí creyendo que estaba actuando. Creí que mientras en la pantalla un cana sobre un caballo arrastraba a una mujer por la calle, en el cine podía entrar un guardia del teatro a sacar al señor. Cuando el tipo se dio vuelta para mirar al público, me di cuenta de que había flasheado cualquiera: el tipo era simplemente un colifa. Agarró y se fue nomás, bajo los vituperios del público presente, cuando terminó el clip, pero yo me quedé con una sensación rara por el resto de la proyección.

2.
En el último texto incluido en Restos de restos ("Cómo (no) escribir un manifiesto"), Prividera dice -entre otras cosas-: "Creo en la política del arte, que debería consistir en romper las visiones complacientes del mundo, para mostrar la violencia que subyace bajo esa catarsis conciliatoria".

3.
Encontré Restos de restos en la librería Los Cachorros de Díaz Vélez y el parque, en frente del Durán, nuevo a 4 pesos. Me pregunto cómo habrá pasado eso, cómo llegó a estar ahí, con doble sellado. El libro es de 2012, la edición está bien hecha (es de una editorial independiente, De La Talita Dorada, radicada en City Bell), la tapa es suavecita, el epílogo de García Wehbi. No sé cómo llegó ahí, pero fue un descubrimiento providencial: yo no sabía que existía un libro de Prividera, estaba en pleno momento de admiración (no diría de fanatismo) porque acababa de ver Tierra de los Padres y porque estaba escribiendo esa ponencia que hice sobre Benjamin, y todo el planteo estético-ideológico de Prividera es muy benjaminiano (de hecho, en la conclusión del texto que escribí, hablo de la filmografía de Prividera, y en especial del final de Tierra de los Padres, como un ejemplo de aplicación del concepto de rememoración de las Tesis de Benjamin). O sea, lo hubiera llevado por mucho más dinero también, pero no hizo falta, estaba a 4 pesos. Cuando lo compré, que fue hace varios meses, en la librería había otro ejemplar. Corran.

4.
Restos de restos es una selección de poemas y otros textos menos clasificables, algunos publicados y otros no, escritos entre 1990 y 2011. Fuera de lo que aparece en este libro, Prividera escribe críticas de cine (algunas se encuentran en Internet, son interesantes), y no mucho más, es decir que Restos de restos es su obra poética reunida, por decirlo de alguna forma. El contenido está dividido en tres partes, "Amasijo", "Pelos y señales", y "Apuntes para un manual de conducción poética". Se reconocen por ahí algunos poemas que están filiados con sus películas, no sabemos si como precursores o comentarios. Hay un poema que después usó Emilio García Wehbi en su obra Hécuba o el gineceo canino (que escribió el epílogo de éste libro, como ya dije). Hay unos cuantos nombres -cineastas, poetas, filósofos, otros- dando vueltas en textos y epígrafes: Fassbinder, Plath, Adorno, Benjamin, Borges, Nietzsche, Vallejo, Maiacovsky... Hay una posición sumamente crítica, en buena medida original y muy bien desarrollada sobre el "setentismo" y el peronismo, la memoria oficial y las militancias (que también encontré en sus películas). Y además, cosa por demás difícil conjugada con lo anterior, está muy bien escrito. Hasta arriesgaría el adjetivo "hipnótico" para algunos textos.

5.
Espero que lo lea mucha gente.

miércoles, 13 de marzo de 2013

El banquete, de Platón

1.
Que libro más queer. Todo el tiempo, pero sobre todo al final cuando llega Alcibíades, la loca despechada.

2.
"El Banquete es un diálogo en estilo indirecto en el que se refieren los discursos que en torno al Amor se pronunciaron en casa del poeta Agatón, con ocasión del festejo de su triunfo trágico", dice el principio de la presentación de la edición del Centro Editor de Cultura, ese de los libros con el título y el autor en Times New Roman en tapa. Presentación que me salteé, sanamente, porque es de esas que refieren en estilo indirecto todo lo que dice el texto que están presuntamente presentando. Presentación innecesaria casi siempre, y en este caso también. El libro es fácil, es ágil, se explica solo y está bueno, a pesar de tener tantos años y a pesar de que, yo digo ¿no?, vaya uno a saber cuántas traducciones median entre la versión que leí yo y la de Platón.

3.
Me hubiera gustado subrayar cosas, pero Mariano está en contra de que le "marque" (término botón para referirse a subrayar) los libros. Cosas como esta:
Así, por ejemplo, un individuo desde su niñez hasta que llega a viejo, se dice que es la misma persona, ese individuo jamás reúne las mismas cosas en sí mismo, sino que constantemente se está renovando en su aspecto y destruyendo en otro, en su cabello, en su carne, en sus huesos, en su sangre y en la totalidad de su cuerpo. Y no sólo en el cuerpo, sino también en el alma, cuyos hábitos, costumbres, opiniones, deseos, placeres, penas, temores, todas y cada una de estas cosas, jamás son las mismas y en cada uno de los individuos, sino que unas nacen y las otras perecen. Pero todavía mucho más extraño que esto es el hecho de que los conocimientos no sólo nacen unos y perecen otros en nosotros, de suerte que no somos idénticos a nosotros ni siquiera en los conocimientos, sino que les sucede a cada uno de ellos lo mismo. En efecto, lo que se llama "repasar" tiene lugar porque el conocimiento puede abandonarnos, pues el olvido es el escape de un conocimiento, y el repaso, al crear en nosotros un nuevo recuerdo a cambio del que se ha marchado, conserva el conocimiento, de suerte que parezca que es el mismo de antes. 

martes, 12 de marzo de 2013

Ombligo sin fondo, de Dash Shaw

1.
Osom. Una historieta (novela gráfica en realidad, uno de esos casos donde no se duda de lo adecuado del concepto) de 720 páginas marrones y blancas que se lee en dos días máximo. Si tenés el tiempo, en una sentada. Aunque en la portada sabiamente dice "TRES PARTES: Tomate un descanso entre una y otra".

2.
Es el segundo libro de la editorial Común: antes habían sacado El Arte y después siguieron Virus tropical Fueye. En realidad tienen más: los de Liniers, los de Dora, pero estoy hablando de los títulos que responden a eso que respondió Liniers en alguna entrevista, cuando dijo que la idea de su editorial era publicar cosas de afuera muy copadas que acá no se conseguían. El Arte es de un español, Virus tropical de una colombiana que no sé si no vive acá ahora, y Fueye es de un argentino pero estaba publicado sólo en España. Ombligo sin fondo es de un yanqui. Ya leí todos los títulos que les digo y mi ranking es: 4to puesto para Fueye, 3er puesto para El Arte, 2do puesto para Virus, 1er puesto para Ombligo sin fondo. Eso en la categoría general. En dibujos cambia totalmente (2do Fueye, 1ero Virus).

3.
BIO AUTOR SINOPSIS LIBRO fin.