jueves, 24 de mayo de 2012

Virus tropical, de Power Paola



1.
La Editorial Común, de la que ya nos ocupamos en la reseña de Fueye de Jorge González, y de la que nos volveremos a ocupar cuando reseñemos El Arte de Juanjo Sáez, publicó hace un tiempito este libro de la autora colombo-ecuatoriana (o ecuato-colombiana) Paola Gaviria, (a) PowerPaola, y cuando el libro sólo era para mí un título y un par de imágenes sueltas y vistas de refilón en algún diario, ya entonces me sentía atraído (intelectualmente) por él. El título tiene algo intrigante, no me lo van a negar. Y mucho más tiene a sabiendas de que Virus tropical es la novela gráfica auto-bio-gráfica de una piba entre Quito y Cali, y no una de guerra post-Apocalipsis nuclear con zombis o algo así. Y también es intrigante el diseño de las tapas... (sigue en el punto 2)

2.
Las tapas con esa suerte de estampado selvático en negro sobre cremita dan ganas de que el libro fuera un cuaderno y poder escribirle adentro, o dibujarlo. Más bien, de que viniera en las dos versiones, libro lleno y cuaderno vacío (y aquí podemos recordar la sabia sentencia del señor José Duval: un libro que no está escrito más que libro es un cuaderno). No viene en cuaderno, pero de todos modos nadie nos impide que si queremos después de leerlo agarremos lápices y lo coloreemos. Ya está, ya me saqué las ganas. Hablemos de lo que pasa entre tapa y tapa.

3.
Cuando en 1977 a la señora de Gaviria –que se había hecho ligar las trompas de Falopio –le empezó a crecer la panza, los médicos ecuatorianos le dijeron, con la prepotencia que a veces caracteriza al rubro, que de ninguna manera estaba embarazada: o era aire, o un embarazo psicológico, o un virus tropical. Pero un embarazo no. Vaya forma de llegar al mundo, con el mote de virus tropical. Paola nace entonces en Quito, en una familia complicada (como todas) y amorosa (como muchas pero no todas) y tiene una primera infancia, una segunda, una adolescencia: o sea, crece. Virus tropical es la historia de todo lo que pasa desde la concepción de Paola (literalmente) hasta que a los 18 años deja la casa materna (o en su caso fraterna) para "vivir su vida". Así lo pone la misma autora en una entrevista que le hicieron para el Buenos Aires Herald y que yo traduzco de forma amable pero amateur para todos ustedes:

“Todas las familias tienen historias oscuras que tratan de esconder. La vida cotidiana está llena de episodios dramáticos. Si los miramos de cerca, nos damos cuenta de que eso es la vida misma. A veces los exageramos, pero en verdad no son más que situaciones de todos los días. Yo traté de contarlos tal y como son, sin embellecer la historia real. No querría que la gente diga ‘pobre chica, qué momentos jodidos que vivió’. No es más que mi vida, no es ni mejor ni peor que la de otros…”.

4.
La diferencia entre la vida (temprana) de la poderosa Paola y la de otros, y con esto termino, está en que ella se sentó y la dibujó; y además la dibujo lindísimo, con un trazo sencillo en blanco y negro e innumerables detalles. Tema aparte son las portadas a página completa de cada capítulo: espectaculares. A no perdérselo.

5.
Esta reseña fue publicada primero en el blog de Libros del Pasaje.

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