lunes, 21 de mayo de 2012

El Arte: conversaciones imaginarias con mi madre, de Juanjo Sáez




1. Juanjo Sáez es un dibujante barcelonés que ya tiene bastante fama: gugleenlo sino. No es que antes de El Arte fuera un desconocido, pero del 2006 a esta parte publicó Yo, otro libro egocéntrico (2010, disponible en Argentina y en Libros del Pasaje), hizo el arte del disco Principios básicos de astronomía de la banda española indie-pero-con-proyección-internacional Los Planetas y estrenó dos temporadas de una serie animada en televisión, Arròs covat o Arroz pasado, de la cual además editó el guión en formato libro. También publicó por primera vez en Argentina vía La Editorial Común este tomo que nos ocupa.

2. Es impresionante lo parecida que es la mamá de Juanjo Sáez a Conse, la encargada de mi edificio.

3. Un día Juanjo vuelve de un viaje y va a comer a casa de su madre. Había ido con su mujer Vanesa a Bilbao a visitar el museo Guggenheim. "Tendrías que ir, te encantaría" dice Juanjo a su mamá. "Bueno, ya sabes que yo no entiendo" dice la madre. A ese comentario de la madre de Juanjo -en esa breve conversación real sobre arte contemporáneo- intenta responder El Arte:
"Tengo la manía de terminar las conversaciones con mi madre en mi cabeza, es un poco raro, pero todo lo que sigue a continuación es imaginario".


4. El Arte es un libro rarísimo, y por ende muy difícil de clasificar. Guiándonos por la trayectoria de su autor y por la editorial, diríamos que se trata de una historieta, y en ciertos tramos sin duda lo es. Por otro lado, muchas páginas de texto pleno (manuscrito) con algunas ilustraciones desencasillan al libro, y todo descarrila cuando llegamos al contenido. Un poco manual de historia y filosofía del arte, un poco autobiografía... Parece que el mote de novela gráfica se gasta rápido y ya nos enfrentamos a cosas como ésta, para la que quizás deberíamos inventar una designación onda cómic-ensayo o ensayo gráfico o algo por el estilo.

5. En las historias de Sáez se encuentran los móviles gigantes de Alexander Calder con la pipa no-pipa de Magritte, las constelaciones de Miró con las películas de Warhol o Lars von Trier y hasta con los mutantes X-Men de Marvel Comics. También Chillida, Picasso, Tàpies y el aduanero Rousseau son de la partida. Siempre con su madre como interlocutora -imaginaria- el protagonista recorre museos, campos y castillos en el aire y se esfuerza por responder a cuestiones tan remañidas como la famosa: "esto lo puede dibujar un chico de cinco años". Bueno, no.

6. Una comparación inesperada: sin intentarlo (y sin la solemnidad, y sin la voluntad omnímoda) El Arte tiene algo en común con ese bestseller de los noventa que fue El mundo de Sofía, porque de una forma sumamente lúdica permite una primera y sin embargo comprometida aproximación a un tema "profundo", que en aquel era la filosofía y, en éste, El Arte (las mayúsculas son del autor).

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