jueves, 27 de enero de 2011

Si esto es un hombre y La tregua, de Primo Levi

1.
El 11 de abril de 1987 se murió Primo Levi. Cayó por el hueco de las escaleras del edifició en el que vivía en Turín. Hoy que escribo esto es 11 de abril de 2011, justo. Efeméride. Se supone que se tiró, en realidad, aunque no se sabe. La muerte de Primo Levi no es importante porque sí o por morbo: nos resulta importante porque, si fue en efecto un suicidio, toda su obra incorpora ese hecho como desenlace de un combate que Levi estuvo dando desde que logró regresar a su hogar materno después de Auschwitz. Una lucha contra lo inenarrable, un combate por sacar afuera, volver literatura y experiencia transmisible lo inefable para que no lo comiera por adentro.

2.
Primo Levi nació en Turín, al norte de Italia, en 1919, al comienzo de la posguerra, y creció con el fascismo en el poder. Se recibió de químico en 1941, con la guerra ya recontra avanzada. En 1944 intentó junto a unos amigos unirse a los partisanos en los bosques. Fueron descubiertos y detenidos. Levi fue identificado como judío y entregado a los nazis, quienes lo subieron a un tren junto a otros 650 judíos turineses, con destino al complejo de campos de concentración de Auschwitz. Cuando le pasó eso tenía mi edad.

3.
Si esto es un hombre, después de una presentación y un poema que abren el libro, empieza con estas líneas :
Me había capturado la Milicia fascista el 13 de diciembre de 1943. Tenía veinticuatro años, poco juicio, ninguna experiencia, y una inclinación decidida, favorecida por el régimen de segregación al que estaba reducido desde hacía cuatro años por las leyes raciales, a vivir en un mundo poco real, poblado por educados fantasmas cartesianos, sinceras amistades masculinas y lánguidas amistades femeninas. Cultivaba un sentido de la rebelión moderado y abstracto.
La novela narra en primera persona los 10 meses que sobrevivió Levi en Auschwitz, desde esa captura hasta la llegada del ejército ruso y la "liberación" del campo. En la presentación, dice que él tuvo la suerte de ser capturado en un momento en que los nazis, por escacez de mano de obra, habían decidido alargar la vida útil de sus prisioneros/esclavos. Más tarde otro hecho le salvaría la vida: unos meses después de su llegada, las autoridades del campo decidieron crear un Kommando químico y Levi quedó seleccionado entre los prisioneros con estudios en química para formar parte del mismo. Esto le permitió dejar de trabajar a la intemperie como la mayoría de los Häftlinge (prisioneros: mucho de lo que es el vocabulario propio del campo en el libro está en alemán) para pasar a estar en un laboratorio, en unas condiciones infinitamente mejores en comparación. Finalmente la caída del campo lo encuentra postrado en una cama (obviamente compartida) en la enfermería, y ésto lo vuelve a salvar: antes de abandonar el campo los SS se habían llevado a todos los prisioneros "sanos" (es decir, que pueden caminar) a lo que se conocieron como las marchas de la muerte. Hasta acá el relato resumido, los núcleos principales de los diez meses de Primo Levi en Auschwitz. Sin embargo, como es obvio, los núcleos no son lo más importante de la novela. Si esto es un hombre es, antes que una novela, un increíble e imprescindible testimonio/documento de lo que fue la vida cotidiana de los Häftlinge dentro del complejo de campos de concentración y exterminio más grande que los nazis llegaron a establecer, lo que es lo mismo que decir la industria de matar más grande (por compleja) que la humanidad haya construido. (Sí, hasta ahora). (Sí, la bomba atómica es un tema aparte). (Voy a usar el punto 4 para ampliar la idea ésta y después volvemos a la literatura).

4.
Para los estudiosos del tema puede resultar un cliché, pero sin duda una de las principales particularidades históricas del exterminio nazi, una de las razones de su lugar aparentemente excesivo en la memoria activa de Occidente en comparación al ocupado por otros genocidios (en los museos, las fundaciones, los libros, las películas, su incorporación en los planes de estudio, etc.; todo esto con o sin el adjetivo judío) tiene que ver con que en Auschwitz (como sinécdoque de todos los campos del genocidio nazi) lo que se creó fue una industria, una maquina con cadena de montaje para el asesinato de seres humanos previamente deshumanizados. La racionalidad más tajante al servicio de la irracionalidad más nefasta, lo que se termina de evidenciar en el aumento de velocidad del exterminio cuanto más cerca se encontraban los ejércitos aliados, o en las marchas de la muerte. En el Museo Yad Va Shem de Jerusalén hay una maqueta de las cámaras de gas que muestra muy claramente este concepto de la producción en cadena. Esta es la mejor foto de la maqueta que pude conseguir en Internet (gracias Melu):





5.
Decía, antes de la disgreción. Primo Levi empezó a escribir Si esto es un hombre, increíblemente, estando dentro del Lager (campo en alemán), cuando tuvo acceso a papel y lápiz en el laboratorio del Kommando químico. Lo desarrolló en el año siguiente a su regreso a casa y desde entonces intentó publicarlo, con dificultades, porque en los '50 nadie quería oir hablar de Aushwitz. Con la reapertura del público hacia el tema el libro cobró notoriedad, llegando a convertirse en lectura obligatoria en todos los secundarios de Italia. Probablemente sea el testimonio literario más paradigmático sobre el Holocausto. Los capítulos del libro guardan una apariencia de cronología, aunque en realidad el ir y venir es constante entre diferentes momentos del período del campo y el momento de la escritura, en el presente de Primo Levi. Una de las características más destacables es la de la precisión expositiva, una pretención de objetividad. Levi dice que nunca pensó que se convertiría en escritor (de hecho, después del fin de la guerra consiguió un trabajo de químico en una fábrica y trabajó de eso hasta su vejez), y algo de eso hay en Si esto es un hombre (que no ya en sus novelas posteriores), la intención de exponer hechos, datos y situaciones, si bien no engañando sobre una supuesta objetividad del autor, sí intentando no enturbiecer el relato con adjetivos o juicios que perfectamente puede hacer el lector por su propia cuenta. La novela de un químico. Es increíble la maestría literaria lograda con esta premisa, seguramente causada por ella más que a su pesar. Estamos hablando de una precisión capaz de transmitir sensaciones y situaciones que en realidad sólo se pueden experimentar, como el hambre, o el frío.

6.
Levi explica en varias partes y de más de un modo por qué tiene que escribir Sí esto es un hombre. Las causas son varias, aunque siempre es la misma. Giorgio Agamben va a analizar que Levi escribe porque tiene que testimoniar por aquellos que no pueden hacerlo, pero eso lo veremos dentro de algunas reseñas cuando me toque escribir sobre su libro Lo que queda de Auschwitz. Yo creo que Levi escribe porque tiene que exteriorizar el horror, como una forma de sobrevivir: exactamente igual que lo que explica Jorge Semprún en La escritura o la vida. Y esta necesidad en Levi se relaciona íntimamente con una idea, que se repite tanto en Si esto es un hombre como al final de La tregua: la de que no le van a creer, y que en ese descreimiento se recrudecería el horror. Acá estoy asociando libremente dos partes de Levi (y a partir de lo que recuerdo, puede ser que no sea exacto sino mis sensaciones de lectura). En una cuenta que tanto él como "todos" en Auschwitz sueñan con que en sus casas no les van a creer, que la idea del retorno se une a la de que no van a poder contar lo que están viviendo. Y otra es la de la pesadilla, en la que está comiendo con su familia, en un lugar verde y feliz y tano, hasta que la situación se evidencia una farsa, él nunca salió del Lager, y lo despierta el vocablo polaco que significa A despertarse y que escuchaba todas las mañanas en Auschwitz. Junto las dos partes en mi cabeza como si fueran una sola, como si el mensaje fuera que la única forma de seguir estando libre, estando fuera del Lager, la única forma de no ser un Häftling es contar, escribir, enseñar.

7.
Creo que todas las ediciones de Si esto es un hombre incluyen al final un apéndice en el que Levi contesta preguntas que frecuentemente se repiten en las charlas que él da en escuelas secundarias de su país con chicos que previamente leyeron su novela. Es muy interesante también. Yo que soy un capo de los boludos me compré una vez en una librería de Miramoishe (por 5 pesos) un libro que decía llamarse Entrevista a mí mismo, de Primo Levi. Era eso. Me re cagaron.

8.
A continuación vendrá la reseña de La tregua, segunda novela de la llamada Trilogía de Auschwitz de Primo Levi. Lo digo acá y ahora, en la transición entre reseñas: Ambas novelas son increíbles, por forma y por contenido, altamente recomendables e ineludibles para el estudio del tema; sin embargo, Si esto es un hombre es una patada en las pelotas, por lo menos para aquellos que por uno u otro motivo vayan a empatizar o sentirse identificados con Levi y las víctimas del nazismo que él describe y recuerda. (Me refiero a, por ejemplo, los que tengan parientes que hayan pasado por ello, etcétera). En cambio, La tregua empieza en donde termina la otra, con la llegada de los rusos y la liberación, y culmina cuando Levi llega a su casa en Turín casi un año después. El contraste es enorme, porque si bien el personaje (Primo Levi) carga con la experiencia de Auschwitz, está regresando a su casa, es libre. Es una novela muy esperanzadora, eso es. Y a continuación entonces, la reseña de La tregua, de Primo Levi.

9.
Otra diferencia entre las dos novelas es que mientras la primera fue escrita inmediatamente después de Auschwitz, la segunda fue escrita y publicada muchos años después, en los '60 (y la tercera que aún no leí, Los hundidos y los salvados en la segunda mitad de los '70). A lo mejor, se me ocurre ahora, haya algo en el ritmo de la novela que denote el paso de los años y el alejamiento temporal del hecho narrado. Como decía más arriba, la historia es la de Primo Levi y un grupo de italianos que tras la liberación por parte del ejército ruso viven un año sometidos a la ineficacia de la burocracia soviética que los lleva, muy lentamente, a sus hogares o lo que queda de ellos. El tema de la burocracia es importantísimo porque, asombrosamente y a causa de errores y olvidos, el recorrido de los sobrevivientes italianos de Auschwitz a Turín fue este:



(para ver en tamaño mayor, clic acá)

Es absurdo e inverosimil pero así fue: tras cuidados en campos de refugiados que funcionaban también como hospitales, los sobrevivientes fueron subidos a un tren que dio vueltas como perdido, o estuvo detenido meses en lugares, hasta que casi un año más tarde emprendió el camino correcto. Pero eso no es lo más increíble, en mi opinión.

10.
Lo más increíble en mi opinión es que un Estado (la URSS) se haya hecho cargo de tal cantidad de refugiados, de cuidarlos y mantenerlos por casi un año y de llevarlos a sus países (porque el caso italiano no es el único). Me parece increíble sobretodo por como es la situación de los refugiados hoy en día en el mundo, con los Estados pasándose la pelota. Lo que pasaba hace tan solo qué, 60 años, 65 años, hoy es impensable. No me acuerdo las magnitudes pero estamos hablando de MUCHAS personas que no estaban en sus hogares al final de la guerra. Y lo peor, ya que estamos en este tipo de reflexiones, es que es impensable que un Estado se haga resonsable de las vidas de ciudadanos de otro Estado pero no es impensable que haya una guerra o un genocidio, lejos está de ser impensable. De hecho pasa todo el tiempo. Darfur es un buen ejemplo de lo que estoy diciendo. Muchos países presentan ayuda pero todos se hacen cargo de refugiados hasta ahí nomás, y hace tiempo que están peleando por sacarse de encima a los que en el momento aceptaron. Israel es uno de esos países que aceptó refugiados y ahora los quiere devolver. Lo mismo pasa con Egipto y los palestinos, por ejemplo. Y todos los ejemplos que se me ocurren son de Medio Oriente pero debe haber muchos ejemplos más. Yo ojo, no es que en el '45 era la panacea para los refugiados: son conocidas las historias donde los judíos sobrevivientes son rechazados por países varios, barcos a los que no se permite ni entrar a los puertos porque vienen cargados de pobres hubo y evidentemente habrá. Pero volviendo a la historia de La tregua, este es el caso contrario. Y es hermoso, es una hermosa historia.

11.
La novela ofrece un motivo de interés suplementario, y es el retrato del pueblo ruso. La mayor parte del periplo de Levi y su tren ocurrió por las estepas infinitas de Rusia, y el retrato que Levi hace, con su estilo ya caracterizado de escritor químico poeta italiano, del pueblo ruso, es maravilloso. Así lo digo, como el cursi de Horacio Ferrer: es maravilloso.

12.
La guerra no terminó cuando los nazis huyeron de Auschwitz sino unos meses después, y por lo tanto parte de La tregua transcurre durante el final de la guerra, si bien los alemanes ya estaban en franca retirada. Uno de los momentos más emocionantes del libro es sin duda cuando efectivamente los aliados ganan la guerra, cómo recibe la noticia los rusos y los judíos que van con Levi en su travesía. Pero el mejor capítulo, el más emocionante es uno que está por el final y se llama "El teatro". Es increíble, vale por toda la novela y por muchas novelas más. Lloré, de más está decirlo.

13.
Este libro lo leí en tres días si parar cuando me fui de viaje al Uruguay con la genia de Maia Minovich, propietaria de la Biblioteca Minovich. Fue una gran decisión llevarlo, aunque en realidad lo empecé a leer apenas terminé de leer el anterior. El otro lo leí durante más tiempo, porque como ya dije, es más difícil. La tregua lo empecé en el Buquebús, ahí fue donde leí el principio que es lo más jodido porque todavía sigue en Auschwitz y la muerte no termina con la huida de los SS; y después el resto lo leí tomando sucesivos cafés instantáneos en las dos primeras noches de nuestra estadía en el camping más amistoso de todo el lejano Oriente. Entonces como decía, cuando leí "El teatro" lloré, sentado en una reposera y con el dubón puesto en un camping de Balizas.

14.
Bueno, suficiente. El libro es lo más. Y el otro también. Ya, se entendió. Volveremos a hablar de Levi cuando reseñe el de Agamben y más adelante cuando me decida a leer la tercera parte de la trilogía. Y este sí fue el gran regreso de RESISTIRSE ES FUTIL en este año de cfk 2011. Muchas gracias.

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