miércoles, 30 de diciembre de 2009

La presa, de Kenzaburo Oé

1. Es el Japón de la guerra, en un pueblito muy rural y pobre. El pueblito queda incomunicado por algún avatar de la guerra, justo cuando los cazadores encuentran en el bosque un avión yanqui caído, y a su piloto, un soldado negro. Los pueblerinos capturan al soldado enemigo y lo encadenan, pero no pueden tomar ninguna decisión hasta que lo vean las autoridades, que están en la ciudad a la que no pueden llegar. Con el tiempo el soldado negro sigue prisionero pero todos ya se acostumbraron a él, y camina suelto, con los japonecitos siguiéndolo por todos lados, fascinados con la criatura mitológica. Y después pasan otras cosas.

2. Está muy bien escrito. El protagonista es un nene y eso está muy bien desarrollado también. Oé tiene una capacidad enorme para el increscendo. Yo lo leí de la edición de Página/12 que salió hace tres meses, que sale nueve mangos y es recomendable. Si lo llegan a leer, les sugiero que no lean el prólogo porque es un resumen del libro entero. Además el prologuista es Justo Navarro, y ¿quién es Justo Navarro? Me parece una truchada para ocupar hojas.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Carta a un escritor latinoamericano y otros insultos, de Leo Maslíah

1. Este libro reúne un montón de cuentos cortos, de entre una y cuatro carillas, que lo convierte en una lectura ideal para cuando uno hace caca. El chiste en la mayoría de ellos se basa en el humor más pavo, y eso está muy bien. El cuento del título es este, que es menos pavo. Acá hay otros dos cuentos. El mejor es uno más largo que ahora no me acuerdo el nombre pero es todo el cuento muchas variaciones de un párrafo de la introducción de Payasadas (Slapstick or Lonesome No More), de Kurt Vonnegut. Cuando me devuelvan el libro transcribo el párrafo. Y explico mejor. Por fuera de ese cuento, los demás son mejores mientras más cortos. Fin.

2. ¡Oh! Justo en este momento llegó Dani y me devolvió el libro de Masliah. El cuento se llama Una familia divertida. El epígrafe, de Vonnegut es:
En una ocasión le conté a mi hermano que cada vez que intentaba reparar algún desperfecto de la casa, perdía todas las herramientas antes de terminar el trabajo. -Tienes suerte -me contestó-, a mí siempre se me pierde todo lo que investigo. Nos reímos.
Y entonces el cuento de Masliah se estructura en párrafos, así:
En otra ocasión, Angélica, nuestra ama de llaves, quedó encerrada en la casucha del perro. Esa noche, él tuvo que dormir en la jaula del canario. Nos reímos.
Una noche de invierno papá estaba triste y mientras todas nos acurrucábamos junto al fuego mamá, para consolarlo, le contó veinte chistes. Con los dos primeros nos reímos.
Una vez, mi hermano Heinz y yo sorprendimos a mi prima conversando con Gertrude, su muñeca. Mi prima expresaba pensamientos de gran fineza e ingenio, pero las respuestas de Gertrude eran tontas e inoportunas. Al principio nos calentamos pero después nos reímos.
Y va gananando en absurdo. A mí me parece very clever.

martes, 15 de diciembre de 2009

Bar del Infierno, de Alejandro Dolina

1. "Ella le preguntó si le gustaban los valses, y entonces fueron construyendo a través del muro una interminable conversación de fingidos asombros ante coincidencias que son inevitables entre las personas vulgares. Ella le prometió que se llamaba Mara y que amaba la pintura."

2. Siguiendo en la línea uncool, leí este libro, escrito por uno de los hombres cuya estética más me hace acordar a la palabra fugazzeta: Alejandro Dolina. Resulta que íbamos a ir a entrevistar a Dolina para el programa del tango para el que trabajé, porque el tipo sabe mucho. Por cosas del destino los que teníamos que ir éramos el director colombiano, su asistente colombiano y yo. Parece ser que Dolina es muy intolerante, y que si lo vas a entrevistar tenés que saber todo sobre él y compartir sus gustos y felicitarlo y llamarlo Maestro (cosa que ya noté con Ferrer, por ahí es un rasgo común de los tangueros viejos, no sé). Todo mi vínculo con Dolina es que leí hace ocho años Lo que me costó el amor de Laura, pero sin escuchar el cd (es una ópera tanguera), y nunca escuché su programa de radio ni recuerdo haber visto el de la tele, ni nada. Entonces agarré y me leí su último libro, éste, que saqué de acá de la biblioteca.

3. Debo reconocer que me sorprendí gratamente. Yo pensaba que me iba a encontrar con todos cuentos de Flores y el barrio y el fantasma del carnaval; pero aunque están esos, también hay cuentos de China y de la India y el Tao y también el rey y los caballeros, rarísimo. Y son buenos, además. Algunos son muy buenos, otros hasta ahí. Por ahí a ustedes lectores les parece obvio que Dolina es bueno, pero yo tenía un prejuicio. Igual no me cae bien, pero que escribe, escribe. Y que sabe, sabe. Y que leyó a Borges, bien o mal, leyó a Borges.

4. Transcribo uno que me gustó. Se llama "Magos".

Hsu Tang y Chao Ping tenían el poder de obrar prodigios. Una mañana se encontraron a orillas de un arroyo, en la región de Mingchong.
En el primer recodo de la conversación, Hsu Tang enfatizó un pensamiento ordenando al arroyo que dejara de fluir. El agua se detuvo inmediatamente. Chao Ping le retrucó entonces disponiendo el inmediato florecimiento de un sauce. El árbol se apresuró a cumplir. Los dos magos se entusiasmaron con aquel contrapunto y entre risas y vino siguieron demostrando su poder durante todo el día.
Al llegar la noche, la región de Mingchong se había transformado enteramente. Los lugareños no reconocieron su propia tierra y pensaron que alguna fuerza mágica los había alejado de ella. Inmediatamente, emigraron en busca de su hogar. Sólo algunos, deseosos de experiencias nuevas, permanecieron allí.
El maestro Wu Chang contó esta historia a sus alumnos. Al terminar el relato, les preguntó si habían entendido algo.
Uno respondió que la vida era un sueño de cambios vertiginosos y que nadie era nadie.
Otro, mientras se alejaba al galope, gritó que sólo podía regresarse hacia adelante.
El más joven recitó:
-Quien quiera volver al primer amor deberá buscarlo en otras mujeres.
Wu Chang dijo entonces:
-Me voy para siempre. -Y se sentó en silencio.

5. Lo otro que sabía de Dolina previamente es la frase suya de que todo lo que el hombre hace es para seducir a una mujer, que es una buena frase. Se aplica a los personajes de sus cuentos, por lo menos.

viernes, 11 de diciembre de 2009

La ley de la ferocidad, de Pablo Ramos

1. Primero quiero decir mis críticas: Hay dos cosas que están mal a mi entender. Por un lado, hay un problema con el tiempo. Las trescientas cincuenta y pico de páginas que tiene el libro dan cuenta de dos días en la vida de Gabriel Reyes, los dos días que dura el velorio de su padre. El narrador es el protagonista, desde un momento posterior al de la historia, quien además recapitula sucesos de su pasado y del de su padre continuamente. Están muy bien todas las transiciones de presente de la escritura a presente de la historia narrada a pasado de ambas, son cosas onda "Escribo 'Camino por Rivadavia' y camino por Rivadavia, ahora cuando debería estar en el velorio de mi padre" (no tengo el libro acá, no es una cita, pero es algo así). Lo que está muy mal es que de tanto moverse, Ramos el autor perdió la noción del tiempo. Todas las cosas que Gabriel Reyes hace en el presente de la narración, ahí donde está su padre muerto, no entran ni en una semana, mucho menos en dos días con sus noches. La cantidad de veces que se sube a autos y viaja de Capital a Avellaneda, de Chacarita a Retiro a la villa de no sé dónde a Plaza Flores a Plaza de Mayo, y encima hay momentos en que duerme y encima tiene que ubicar la acción, los lugares. No dan los tiempos ni ahí. Es muy difícil además seguir el tiempo en el presente, tener idea de si está de día o de noche, en qué día está and staff.
Lo otro que no está bien es que más o menos en la página 335, de pronto y de la nada, el personaje te dice "cuando yo era adolescente me decían Jesús porque era muy católico y un día vi a un cura cojerse a un mogólico" (again, no es cita, acá es sólo la idea). ¡Cualquiera! ¡Súper descolgado! Si la leen van a ver que no tiene nada que ver ni con lo que venía pasando, ni con lo que sabemos del personaje durante toda la novela. Es como que por el final el autor dijo "¡uy, no bardié a los curas!" o algo así. Muy trucho eso.

2. Por lo demás, la novela está muy bien. Está muy bien escrita, como ya dije más arriba las transiciones están re bien; tiene buenas frases. El muchacho este, Gabriel Reyes, quien además creo que protagoniza otra novela de Ramos, es un hijo de puta, y como tal dice cosas graciosas como que unos coreanos, que están en un quilombo, "seguro que tienen la pija como arrolladitos primavera, seguro les piden a las pibas que se metan milanesas de soja en el culo" (no es cita). ¡Ah, la trama!: Gabriel Reyes es guitudo, pero no siempre fue así: su padre siempre fue de clase baja y peronista, obrero de una fábrica, y él mismo nació en el Viaducto, zona horrible de Avellaneda. Su padre muere, y él organiza un velorio de dos días para esperar a un tío de Sicilia. Por el velorio pasarán todo tipo de personajes relacionados con su propio pasado, así como con el de su padre (el énfasis que en la contratapa se da a la aparición de las ex-esposas, es en realidad un capítulo solo, y no tiene ninguna relevancia para la historia general). Gabriel es un alcohólico y merquero asqueroso, muy repugnante, asco caca, (aunque parece que está bueno porque se levanta minitas), y durante los dos días de la acción, va a comenzar a resolver póstumamente su relación con su padre, pasándola muy mal y tomando mucho wisky.

3. La mejor escena es la de las palomas.

4. Joni me dijo que odió a todos los personajes de la novela, pero que de todos modos eso le pasa últimamente con todas las novelas.

domingo, 6 de diciembre de 2009

No juegues con fuego porque lo podés apagar (y otras piezas), de Leo Maslíah

1. ¡Sí, Leo Maslíah, el de Zanguango! Y con este libro comienza una seguidilla de lecturas uncool que estuve desarrollando últimamente. Y esta no es la más uncool.

2. Este es un libro de Ediciones de la Flor que tiene cuatro obras de teatro que escribió él y que se presentaron en Uruguay y en Argentina con él dirigiendo y actuando en algunos casos. Las obras son Juegos de salón, de 1990, El ama de llaves, de 1984 (que es como una obra de Chesterton drogado), Democracia en el bar, de 1986, y la del título, de 1993, que vendría a ser un La cantante calva charrúa. Son muy graciosas, de reirse para afuera, no de sonrisita de aprobación. La del '84 y la del '86 tienen cierta temática relativa a la dictadura que en Uruguay terminó en el '85.

3. En fin, eso.

martes, 1 de diciembre de 2009

Primer amor, últimos ritos, de Ian McEwan

1. En la biblioteca recibimos los dos diarios horribles todos los días, y los miércoles recibimos además, Página. Es discutible, pero para mí Página es un diario que se puede leer: con La Nación y sobretodo con Clarín no puedo pasar de página sin verme moralmente impelido a comentar en voz alta lo pelotudos que son los periodistas, lo pelotudos que son los titulares, los copetes, las volantas y los etcéteras. Y Nick. Sobre todo Nick. A Nick hay que hacerle un juicio popular y luego aplicarle la justicia popular, condenado por hacer los chistes más pelotudos del mundo. Los que no tienen contenido político son muy pelotudos. Y los que tienen contenido político son tipo: Personaje 1:- Cristina cada vez es más puta. Personaje 2:- Y cómo roban los Kirchner. Personaje 3:- Nunca estuvimos peor, el mundo se ríe de nosotros. Fin. Suele olvidarse de que tiene que hacer un chiste y se queda en eso. Ejemplo (es el del día de hoy; se puede hacer la misma operación con cualquier día, posta):



Bueno. ¿Alguién se río? ¿El chiste está en la cara de Shakira? El chiste podría ser reemplazado por un cartel que dijera: "Los Kirchner llegaron a donde están por la renuncia de De La Rua... SHAKIRA SHAKIRA".
Me fui de tema. Vuelvo. La cuestión es que primero recibíamos el Página por el libro Historia de la economía argentina del siglo XX, que salía en fascículos, y cuando eso se terminó vino lo de Galeano y seguimos. Nunca fue por el diario en sí, eso iría en contra de las estructuras mentales de mi jefa. Un día hace poco salió la propaganda de que Anagrama por su aniversario sacaba una colección de títulos de ellos en formato caca para vender con el diario del domingo por nueve mangos.
Yo no me llevo muy bien con mi jefa, y muchas veces nos peleamos como nenes chiquitos. Pero yo tengo 23 y ella 65. No sé quién de los dos tiene más derecho a comportarse como nene chiquito. Capaz ella. Si yo le propongo algo, ella va a decir "sí pero" más algo que se inventa en el momento. Es muy enervante.
Toda esta introducción no era necesaria salvo para contar que la colección la quiero para leerla YO y sólo YO, y que probablemente vean acá comentados todos los libritos estos porque son muy cortos y los leo en el laburo. Ya leí el primero, que es el del título. En realidad el primero es uno de Auster pero el kioskero, que es un pésimo emprendedor, nunca lo trajo.

2. Primer amor, últimos ritos es un libro de cuentos. Mi primera impresión es que McEwan no es nada original. Pero luego leo que el librito es de 1975, así que debo concluir que a lo mejor es original, pero en el contexto de otros autores posteriores, lo que tiene de transgresor se diluye bastante y el efecto de originalidad chuf chuf. Valen la pena un par de cuentos: me gustaron "Fabricación casera", en el que un chico que descubre la sexualidad empieza a fijarse en su hermanita (menor), y "El último día del verano", también protagonizado por un chico, que es huérfano y que vive con su hermano y otros drogones; es su último verano antes de la secundaria, y se muda con ellos una mujer muy gorda llamada Alice. Alice es un buen personaje, me cayó re bien, qué lulu. Y sobre todo me gustó "Conversaciones con un hombre armario", que está re bueno. Este último es verdaderamente ingenioso, y además la crueldad que el autor intenta transmitir todo el tiempo acá está tataratatá. No adelanto nada. "Pollón en el escenario" es malo (así, categóricamente). "Mariposas" es bueno pero predecible: un tipo raro y casi ermitaño es testigo de la muerte de una nena que se ahoga. Me gusta el título. Y hay dos cuentos más, que están bien pero ta. Un besito.